1.Internet estará en nuestras cabezas.
El cofundador de Twitter, Evan Henshaw-Plath, cree algo similar a Sirvent en cuanto a los conocimientos. Cree que podremos implantarlos directamente en el cerebro.Los computadores no son algo tan ajeno a nuestra memoria o nuestra personalidad como pudiera parecer. De hecho, hay experimentos que demuestran que ambas cosas se pueden manipular mediante reacciones electroquímicas. En 2050, Internet estará en nuestras cabezas. Por ejemplo, hoy para aprender un idioma te tienes que pasar un año estudiando y, aun así, hablarás español con un acento americano tan fuerte como el mío. Por ello, cuando puedas instalar una lengua nueva como instalas una aplicación en tu teléfono, lo harás. La línea divisoria entre personas y computadoras tenderá a desaparecer. Y surgirán nuevos problemas: si en el 2050 un gobierno tiene el poder de cambiar la personalidad de su población, será mucho más importante para todos que no tengamos dictaduras ni sistemas políticos parecidos.
2.Tu mejor amigo será un computador.
Según Steve Wozniak, cofundador de Apple, “en 40 años tendremos computadores conscientes, dotados de sentimientos, de su propia personalidad. Tu mejor amigo será un computador. Hablarás con él. Te mirará a la cara y sabrá reconocer tu estado de ánimo. Conocerá tu alma y tu corazón mejor que nada, ni nadie.
3.Seremos jóvenes hasta el día de nuestra muerte.
George Church, ingeniero molecular profesor de la Universidad de Harvard y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), también conocido como “el mago de la genética”, cree que en 2050 podremos contrarrestar los efectos del envejecimiento.“Viviremos jóvenes hasta el día de nuestra muerte. Ahora mismo se produce un gran desperdicio desde un punto de vista económico: pasas mucho tiempo formándote y a los 50 años, cuando alcanzas la cima de la experiencia, tu cuerpo empieza a fallar. Esto cambiará cuando podamos revertir el envejecimiento. Hoy, ya se puede invertir el envejecimiento de una célula en el laboratorio. Cuando logremos hacerlo en el interior del cuerpo, seremos jóvenes hasta que muramos”, señala este especialista en secuenciación y síntesis de ADN.
4.Facebook sabrá que piensas.
Viviremos conectados: no podrás ir a ninguna parte sin que se sepa. Y esto te obligará a ser buen ciudadano. Cada vez se manejarán más datos, que servirán para predecir atascos, accidentes… Pero también para controlar a las personas. Será inevitable. Yo, hoy mismo, llevo una pulsera que me permite saber si estoy nervioso, midiendo cosas como mis pulsaciones o mi temperatura corporal. Dentro de pocos años, la llevarás tú también. Sí o sí. En unas gafas, en un teléfono móvil… Será parte de tu vida cotidiana. Hoy, Facebook te pregunta qué estás pensando. ¡En unos años no le hará falta! Lo sabrá. Ya estamos todos geolocalizados. Hace 15 años, quien más sabía de tu vida era tu madre; hoy son Facebook y Google. En 2050, todos sabremos lo que hacemos todos.
5.Nos besaremos a miles de kilómetros.
Los sistemas de transporte cambiarán. Ya hemos avanzado mucho: ¡hemos llegado hasta la Luna! Podemos invertir nuestro esfuerzo en mejorar el transporte… o simplemente mejorar los sistemas informáticos para que ya no nos haga falta viajar. Así podré estar en la misma habitación que tú, besarte, abrazarte… pero en realidad encontrarme a miles de kilómetros. Si la experiencia es lo bastante realista, funcionará.
6.Para ser padre, habrá que pasar ciertas pruebas.
En la actualidad, la gente modifica su cuerpo mucho más que en el pasado. Dentro de diez años, lo que modificará será su biología. Por ejemplo, seleccionará los genes de sus futuros hijos para eliminar la información genética de ciertas enfermedades. Seremos capaces de perfeccionar la especie humana, de influir en la evolución. Y el gran debate será ver hasta dónde estamos dispuestos a llegar en este camino. Por ejemplo, la paternidad será algo muy diferente. Hoy, para adoptar, tienes que pasar toda una serie de exámenes impuestos por la sociedad. Llegará un día en que también habrá una especie de ‘licencia para ser padre’. ¡Y me parecerá bien!.
7.El médico sabrá las enfermedades que vas a tener en tu vida.
Además, en el año 2050 seremos capaces de realizar un análisis inmediato del genoma de cada uno de nosotros a un coste ridículo, con todas las posibilidades de medicina personalizada que esto abre. En el computador estará nuestro genoma y el médico sabrá, con solo mirarlo, las posibilidades que tenemos de contraer una determinada enfermedad. Eso sí, el médico siempre será una persona. Ayudada por un computador o un robot, sí. Pero hay cosas que las máquinas nunca podrán alcanzar.
8.Podrás construir una casa en minutos.
Todo estará dominado por la biotecnología. Ahora, los materiales, las casas… se construyen de forma manual: pones un ladrillo; encima, otro… La biología trabaja de otro modo: se autoconstruye, con muchas cosas ocurriendo de forma simultánea y de manera muy rápida. Piensa en cómo funcionan las células, y una célula es algo mucho más complejo que una casa. Si puedes copiar una célula en 20 minutos, ¡también podrás construir una casa en 20 minutos! Será algo así como tener millones de pequeños robots construyéndola.
9.Perderemos la guerra contra las máquinas.
Cuando lo consigamos, cuando tengamos ese computador tan parecido a una persona que podamos tener una conversación normal con él, tendremos un profesor particular sumamente barato y efectivo para nuestros hijos. Permitirá, además, que cada uno de ellos desarrolle sus propias habilidades. En definitiva, lo que vengo a decir es que el mundo virtual crecerá hasta hacerse cargo de todas las tareas que hoy hacemos nosotros, los seres humanos. Ese es el futuro de la tecnología. Creo de veras que hemos perdido la guerra contra las máquinas. Y esto cambiará la estructura de la sociedad tal como la conocemos hoy.
10.Perderemos la guerra contra las máquinas.
En 2050 podremos contar con robots capaces de imprimir edificios. Y no solo de imprimirlos con una impresora 3D, también de ensamblarlos. ¿Qué pasará con todos los que hoy trabajan en la construcción? Ese momento va a llegar y necesitamos pensar qué vamos a hacer. El problema más grande al que nos enfrentamos es cómo transformaremos la economía si necesitamos a menos gente produciendo. ¿Qué pasará? Quizá se dediquen a un trabajo muy importante que hoy no está recompensado: tener hijos”, dice el confundador de Twitter.
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